SOBRE EL BLOG:

Hola a todos/as:
En este blog encontraréis un libro que he escrito yo misma. Amor, traiciones y amistad se esconden en este libro.
¡ESPERO QUÉ OS GUSTE! :) :)

sábado, 18 de agosto de 2012

Capítulo 12.



12. EL SECRETO DE SARA.

-Bueno- comenzó a decir Pablo- ¿cómo nos instalamos?
-Yo me pongo con Paola- dijo Jorge- Pablo con Ana, Carlos con Mario y Noelia con Sara.
-Por mí vale- dijo Carlos pasando un brazo por el cuello de Mario.
Subieron a sus habitaciones correspondientes. Todas las habitaciones eran prácticamente iguales, con un baño, las paredes de color azul, dos camas y un armario blanco gigante para guardar la ropa.
-Va a ser genial, lo bien que nos lo vamos a pasar las dos juntas en esta habitación- le dijo Sara muy contenta a su amiga.
Sara dejó su maleta en el suelo mientras que Noelia colocaba toda su ropa en el armario.
-Oye- le decía Noelia- ¿has hablado con Carlos?
-Sí en el autobús mientras mi hermano hablaba contigo, ¿por?
-Por nada, curiosidad- dijo Noelia mirando al suelo.
Carlos aun no le había contado nada a su amiga. Ella no sabía lo reservado y tímido que podía ser con estas cosas, pero bueno, tiempo al tiempo.
-Chicas, ¿os venís a la playa con nosotros?- dijo Pablo que había entrado en la habitación.
-Claro- le dijo Sara- danos cinco minutos.
Pablo salió de la habitación. Noelia abrió uno de los cajones y sacó un bikini de color rojo que se compró antes de venir aquí. Sara se agachó para coger el suyo pero, de pronto la habitación le daba vueltas, se sujetó a la lámpara de su mesilla pero la tiró al suelo. Noelia se percató del ruido de la lámpara al caer y corrió a ayudar a Sara.
-¡Sara, qué te pasa!- le dijo ella asustada- ¡dime algo!
Sara estaba muy pálida y no podía contenerse estando de pie.
Noelia escuchó el ruido de la puerta al abrirse, Mario y Carlos entraron en la habitación. Oyeron el ruido de la lámpara al hacerse añicos.
-¿Qué le pasa?- le preguntó Carlos a Noelia.
-No lo sé. Cuando me he dado cuenta estaba tirada en el suelo. Está muy pálida.
-Será mejor que la tumbemos en la cama. Ayúdame, Carlos- dijo Mario.
Entre los dos consiguieron subirla y tumbarla boca arriba en la cama. Noelia le agarraba la mano.
-¿Puede haber sido un bajón de azúcar?- preguntó Carlos.
-Probemos a darle un caramelo- dijo Mario- yo llevo uno.
-Es…estoy bien- intentó decir Sara incorporándose- solo ha sido un mareo.
-¿Seguro?- le preguntó Carlos preocupado. Seguramente el más asustado al verla así- será mejor que no vayas a la playa, si quieres yo me quedo contigo.
-Carlos tiene razón- le decía su hermano- será mejor que te quedes aquí para no correr riesgos.
-Que no, de verdad estoy bien. Ha debido ser una bajada de tensión, nada más- dijo Sara ya de pie.
-Está bien, pero a la mínima que veamos que estás mal, nos volvemos- le dijo Noelia.
Mario y Carlos salieron de la habitación y bajaron con los demás que esperaban a las dos chicas.
-¿Qué ha pasado?- preguntó Ana.
-Sara ha tenido un mareo, pero ya está bien- dijo Mario.
-Por lo visto Mario, todas las chicas te salen igual- le decía Jorge- primero tu noviecita de la que no quiero ni hablar y ahora tú hermana, ¿qué les haces?
Paola soltó un carcajada, parecía que estaba programada para reírse a la mínima de cambio. Era estresante.
-Como no cierres la boca, te voy a tener que dejar el ojo peor que el labio- le dijo Mario.
Sara y Noelia bajaron las escaleras preparadas para irse a la playita. Salieron de la casa.
-No creo que lo que ha pasado haya sido sólo una bajada de tensión, a Sara lo pasa algo- le dijo Carlos a Noelia.
-Tranquilo- le decía ella- seguro que estará bien, no te preocupes de eso. Preocúpate de cuando le vas a contar lo que sientes por ella.
-Creo que se lo diré en la playa- dijo Carlos frotándose las manos, estaba realmente nervioso- aunque no sirva para nada.
-Sabes, siempre me ha gustado tu optimismo- dijo Noelia en tono sarcástico.
Carlos soltó una risilla y le dio un cariñoso golpe en el brazo.
-Mario tiene suerte- le dijo el.
-¿Por qué?- le preguntó Noelia desconcertada.
-Por tener a una chica como tu a su lado. Eres inteligente, leal, fiel, preciosa y……con un cuerpazo para parar un tren- le dijo Carlos mirándola de arriba abajo. Ahora el golpe se lo había llevado el.
-Sí que tengo suerte- dijo una voz detrás de ellos dos. Mario.
Cogió a Noelia de la mano y le dio un beso en la mejilla. Ella se lo devolvió.
-Bueno, yo mejor que me voy. Esto está empezando a darme algo de asco- dijo Carlos con mala cara.
Noelia le sacó la lengua como muestra de burla y miró a Mario.
-Siento mucho el numerito que he montado en el autobús. No tenía que haberme puesto así. Lo siento- le dijo Noelia.
-Me pides perdón por llorar.
-Es que cada dos por tres estoy llorando, parezco una niña pequeña y caprichosa.
Mario no dijo nada se dedicó a mirar a la chica.
-¿Estás preocupado por tu hermana?
-Un poco, nunca le ha venido un mareo así de repente- respondió Mario con tono de preocupación- espero que no esté metida en algún lío.
-Seguro que no, ella sabe cuidarse de sí misma.
Llegaron a la playa, no había mucha gente para la hora que era. Cogieron un sitio cerca de la orilla.
Había gente corriendo, tomando el sol, bañándose, haciendo surf… no había nadie que no estuviera haciendo nada.
Carlos fue directo al agua, seguido por Pablo que, antes de adentrarse en el mar, le dio un beso a Ana.
-¿Vienes Mario?- le preguntó Pablo.
-Claro, enseguida.
Las chicas se quedaron tomando el sol en sus toallas y Jorge y Paola a su lado.
-Quien diga que prefiere la montaña a la playa es tonto de remate- dijo Ana
-Oye guapa, que yo prefiero la montaña- dijo Paola.
-Pues eso- le decía Sara- tonta de remate.
Las tres amigas se rieron del comentario de su amiga y de la incompetencia de Paola. ¡Cómo puede ser tan corta de mente! Los tres chicos volvieron de su baño.
-Que corto ha sido- dijo Noelia.
-¡Tu sabes lo fría que está esa agua!- le dijo Pablo tiritando de frío.
Se tumbaron también al sol. Todos estaban en silencio hasta que un estruendoso alarido rompió el silencio.
-¡Eh Lucas!- gritó Jorge levantándose para saludar a el susodicho.
Se acercó un chico musculoso, de ojos azules, tenía el pelo rizado y muy rubio, en la mano llevaba una tabla naranja de surf a juego con su bañador.
-¿Qué tal estás Jorge?- le preguntó el chico nuevo.
-Muy bien, ¿y tú, Lucas?
-Bien- respondió mirando a todos los demás- ¿estos son amiguitos tuyos?
-Sí. Estos son Mario, Noelia su novia, Carlos, Pablo, Ana su novia, Sara y esta es mi chica, Paola- dijo dándole un beso a la chica.
-Sí, creo que Sara y yo nos conocemos ¿verdad?- dijo Lucas guiñándole un ojo.
-¿De qué lo conoces?- le preguntó Ana.
-Lo conocí en una fiesta- dijo Sara con los ojos húmedos, nadie sabe los recuerdos que la venían a la cabeza.
Se hicieron las seis de la tarde, a nadie la apetecía seguir estando en la playa. Además, el sol ya se había escondido. Todos se dirigían a la casa de los padres de Jorge, incluido Lucas, al que el niño rico le había invitado a la casa.
-¿Cómo es que conociste a ese chico en la fiesta?- le preguntó Carlos a Sara. Ella le preocupaba mucho.
-Una amiga mía me lo preguntó- dijo Sara con la voz entrecortada- estuvimos hablando.
Carlos veía los ojos oscuros de la chica realmente rojos y húmedos. ¿Qué le podía pasar?
Se quedaron hablando todo el camino, de que, nadie lo sabe.
-¿Te parece guapo Lucas?- le preguntó Mario a Noelia.
-No más que tu- le dijo entre risillas- ¿estás celoso?
-No, para nada. Solo digo que lo miras demasiado.
-Pues- le comenzó a decir ella- la verdad es que es bastante mono.
Mario la miraba fulminándola con la mirada. No le gustaban ese tipo de bromas.
-Venga Mario, no te pongas así. Ya sabes que estoy bromeando. Eres el único para mí.
Al oír esas frases, el chico de pelo negro con el pirscing en el labio besó a su novia.
-Dudo mucho que ese Lucas te bese así- le dijo riéndose.
-¿Quieres que pruebe?
-¡Ni se te ocurra!- le dijo cogiéndola de la mano.
Llegaron a la casa. Subieron a sus habitaciones a cambiarse de ropa. Jorge le dejó algo a Lucas algo que ponerse. Cuando terminaron, todos bajaron al salón.
-¿Queréis algo de beber?- preguntó Paola. Todos eligieron algo de tomar.
-Ya voy yo a buscarlos- dijo Sara.
-Yo te ayudo- dijo Lucas. Carlos le miró con una mirada que daba miedo.
La siguió hasta la cocina. Sara abrió la nevera y sacó unas cuantas cervezas para todos los presentes. Ella no sabía que Lucas la había seguido.
-¿Saben algo de lo que pasó esa noche?- le preguntó Lucas en un susurro. Sara se sobresaltó.
-No, nada. Y tu no se lo vas a decir ¿entendido?- le dijo Sara dejando caer las botellas al suelo. Salió llorando de la cocina y subió las escaleras. Lucas volvió al salón donde todos estaban sentados.
-¿Por qué se ha ido mi hermana llorando?- le preguntó Mario enfadado.
-¡Yo que sé!- le respondió Lucas.
-Voy a hablar con ella- dijo Noelia levantándose del sillón.
Subió corriendo las escaleras, llegó a su habitación con la esperanza de encontrar a Sara allí. Escuchó llantos que procedían del baño de la habitación. Entró y la encontró sentada en el suelo con la cabeza entre las piernas, llorando.
-Sara, ¿qué ha pasado?- le preguntó Noelia- desde que Lucas ha aparecido estás muy rara. Todos estamos muy preocupados por ti.
Sara levantó la cabeza para mirar a su amiga. Tenía los ojos rojos e hinchados de tantas lágrimas derramadas.
-Ese chico no tenía que haber aparecido. Solo me va a traer problemas.
-¿Por qué dices eso?- le preguntó Noelia intrigada.
-Recuerdas que en la playa os dije a todos que yo, había conocido a Lucas en una fiesta- dijo Sara secándose las lágrimas con la manga de la camiseta.
-Sí, claro que me acuerdo.
-Bueno pues, yo fui a esa fiesta con una amiga mía de toda la vida y amiga de Lucas. Ella me lo presentó y él iba muy borracho, casi no podía ni ver por donde pisaba- comenzó a contarle Sara- nos invitó a muchas copas hasta que mi amiga se fue y me dejó sola con él. Yo acabé también muy mal. En un momento sin que yo me diese cuenta Lucas, comenzó a besarme y me preguntó que si íbamos a su casa. Yo no sabía lo que hacía y le dije que sí. El camino hasta su casa no fue muy largo, abrió la puerta, siguió besándome y… y…
-¿Y qué Sara, que pasó?- preguntó Noelia temiéndose lo peor.
-¡Y estoy embarazada!- gritó mientras le daba la prueba a Noelia. Daba positivo.
-Por eso tuviste el mareo de antes- dijo Noelia dejando la prueba encima del lavabo- ¡Pero has visto lo que has hecho, Sara estás embarazada! ¡Sólo tienes dieciocho años!
-¡Noelia, intenté evitarlo, pero el me forzó a hacerlo! ¡Yo no quería!- le dijo a su amiga. Noelia nunca la había visto llorar así.
-Tranquila, no es culpa tuya- le calmaba dándole un abrazo- encontraremos la manera de solucionar esto ¿vale? Lucas sabe algo del embarazo.
-No… tampoco le quiero decir nada- dijo Sara cabizbaja.
-¡Claro que se lo vas a decir! Es bebé es tanto tuyo como suyo. Tú no eres la única que tiene que llorar aquí- le dijo Noelia- será mejor que volvamos abajo, todos están muy preocupados.
Noelia le dio un beso y un abrazo a su amiga. Por un lado temía por ella, y por otro, no sabía la reacción que Carlos podía tener esto.
Bajaron las escaleras. Sara temblaba por lo que Noelia podía hacer. Lucas no era muy buen chico.
-¿Sara estás bien?- le preguntaron Ana y Mario a la vez.
-Sí, yo…- comenzó a decir Sara, pero fue interrumpida por Noelia.
-¿¡Tú sabes lo que le has hecho a esta chica!?- chillaba dirigiéndose a Lucas.
El chico se quedó pensativo y le dirigió una mirada fulminante a Sara.
-¡Se lo has contado!- aulló Lucas.
Noelia se puso delante de su amiga para que este no pudiera tocarla.
-Sí, me lo ha contado todo. ¿Sabes lo que has hecho?- comenzó a decir- ¡la has dejado embarazada!
Todos se quedaron petrificados, con la boca abierta por la noticia de Noelia. A Carlos le hervía la sangre de lo enfadado que estaba.
-¡Eres una asquerosa!- gritó Lucas dirigiéndose hacia Sara.
-¡Ni se te ocurra tocarla!- chillo Carlos poniéndose delante del chico.
-¿Y quién la va a defender? Tú, medio metro- le dijo Lucas empujándolo hacia atrás.
-No- le decía- la va a defender, hasta la muerte, el chico que está enamorado de ella hasta los huesos.
Sara se llevó las manos a la boca. Estaba realmente sorprendida, al igual que todos.
-¡Estás enamorado de Sara!- se sorprendió Pablo.
-Sí- suspiró Carlos mirando a la chica que ha descubierto el corazón de un chico en el que era muy complicado entrar.

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