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Hola a todos/as:
En este blog encontraréis un libro que he escrito yo misma. Amor, traiciones y amistad se esconden en este libro.
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sábado, 18 de agosto de 2012

Capítulo 6.

6. ACCIDENTES.


No podía creer lo que había pasado, Noelia había cortado con Jorge, el chico de sus sueños, pero lo peor de todo era que este le había pegado a uno de sus mejores amigos.
Mario se encontraba en la enfermería, tumbado en una blanca y estrecha camilla. A su lado, Noelia, le contemplaba a la vez que reflexionaba sobre los acontecimientos ocurridos anteriormente.
Con las manos en la cara, Noelia notaba como su amigo se movía y a la vez se despertaba.
-Buenos días dormilón- dijo ella con una pequeña y débil sonrisa.
-Hola- dijo el casi sin poder hablar del puñetazo que Jorge le había metido en el labio- lo siento.
-¿Por qué?
-Porque si yo no me hubiese metido en todo lo que ha pasado, tu seguirías con…
-No pronuncies su nombre- le interrumpió Noelia- el ya no existe para mí.
-Sabes que sí, sabes que no te vas a poder olvidar de el, sabes que aun le quieres aunque otra persona te haya expresado lo que siente, nunca te vas a poder olvidar de el.
Noelia no sabía que decir en ese momento, sabía lo que Mario sentía por ella, sabía que no podía dejar de pensar en ese idiota ni en lo que había vivido con el, pero ahora nada estaba claro en su cabeza. Todo podía cambiar.
-¿Es cierto?- comenzó a preguntarle ella- ¿es cierto que yo te gusto?
-Sí, cien por cien cierto- dijo Mario muy seguro de sí mismo.
-¿Desde cuándo?
-Desde que ambos teníamos ocho años, pero pasaba el tiempo y no me atrevía a decírtelo, porque sabía que yo nunca te podría llegar a gustar.
-No digas eso- dijo Noelia apartándole el pelo de la cara- cualquier chica estarían encantada de estar con un chico como tu. Y, además, yo no he dicho que tu no me gustes.
-Entonces, ¿tengo alguna oportunidad?- dijo Mario rojo como un tomate.
-Te la mereces.
Se oían pasos fuera, era Ana.
-Noelia, ven conmigo. Nos llaman los monitores- dijo Ana- hola Mario, ¿qué tal te encuentras?
-Ahora mucho mejor- dijo el chico sonriéndole a Noelia.
Ana y Noelia salieron de la enfermería. Se dirigieron a un gran corro de gente. Encontraron a Sara, Carlos y Pablo, pero Noelia no vio a Jorge.
-Bueno chicos, será mejor que vayáis a coger vuestros bañadores porque nos vamos todos a la piscina- dijo el monitor.
Sara estaba muy contenta sólo por estrenar su nuevo bikini y presumir de él.
Ana solo pensaba en tomar el sol todo el tiempo que pudiese, Carlos y Pablo estarían todo el rato zambullidos en el agua y Noelia se comería la cabeza con lo que le está pasando y lo que puede pasarle.
Una vez en el autobús, Carlos se sentó con Pablo, Ana con Noelia y Sara con Álvaro. (Nadie sabía lo que se traían entre manos estos dos.)
-Ana, ¿puedes cambiarme el sitio?- le preguntó Miguel, el mejor amigo de Jorge.
Ana miró a Noelia que asentía con la cabeza a la petición del chico.
-¿Qué tal estás?- le preguntó Miguel.
-Todo lo bien que se puede estar con todo lo que me está pasando- le dijo Noelia cabizbaja- ¿sabes dónde está Jorge? No le he visto esta tarde.
-De eso te venía a hablar- comenzó a decir- esto que te voy a decir te puede afectar o no depende lo que sientas. Cuando Jorge vio todo lo que le decías, que no le querías volver a ver más y todo eso, el se quería morir, no quería seguir aquí si tu no estabas con el, a su lado. Con que esta mañana llamó a su padre y este le ha venido a buscar en coche esta mañana, cuando tu estabas en la enfermería con Mario.
Noelia no sabía que decir, ella estaba segura de lo que sentía por Jorge, pero había un interrogante entre ella y Mario.
-Yo no quería llegar tan lejos- dijo Noelia agobiada- ¿qué puedo hacer para que vuelva?
-No lo sé, puede que ya sea demasiado tarde.
Noelia lloraba en silencio. Lágrimas. Otra vez, más lágrimas.
Cuando llegaron a la piscina, los chavales se bajaron del autobús, se pusieron los bañadores y bikinis y disfrutaron del día.
Noelia estaba sentada en el bordillo de la piscina con los pies metidos dentro del agua. No le apetecía hacer otra cosa que no fuese pensar en Mario, pero también pensaba en Jorge y en lo que Miguel le había contado.
Solo quedaban cuatro días del campamento y Noelia debía acabar lo que había empezado.
Sacó los pies del agua, se levantó y allí detrás de ella estaba Paola y, antes de que ella pudiese reaccionar, Paola la empujó al agua tan fuerte que Noelia se golpeó la cabeza contra el suelo de la piscina.

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